Os presento hoy todo un ejercicio a la imaginación, en este libro que os presento: El Fin del Mundo y un Despiadado País de las Maravillas. A día de hoy, es el libro de Murakami que más me ha gustado, quizá porque es él en estado puro, el Murakami más onírico y surrealista.
En esta obra dos historias paralelas transcurren en dos escenarios completamente opuestos, la primera trama tiene lugar en el presente (o en un futuro cercano), donde su protagonista, narrador y anónimo, sopesa las posibilidades de trabajar para una turbia institución gubernamental como "Calculador", gracias a su mente prodigiosa. Subirá a un ascensor que lo transportará a una nueva dimensión, donde su nuevo "jefe" será un escalofriante científico, aislado en las alcantarillas y rodeado (y salvaguardado) por tinieblos, unas tenebrosas criaturas nada pacíficas. Inconscientemente evoco esta parte del libro de un color "azul húmedo" si es que eso existe.
La otra línea narrativa trata también sobre un protagonista anónimo, que de repente se encuentra a sí mismo en las puertas de una ciudad amurallada, sin saber qué hace allí y sin sospechar al principio que no hay escapatoria posible a esa gran fortaleza. Para mí esta línea argumental tiene un marcado "amarillo soleado". Tiendo a imaginar este tipo de sensaciones al leer un libro, si alguien ha dejado de creer en mi cordura, por favor, hacédmelo saber (ejem..) Pronto nuestro protagonista empezará a experimentar algunas sensaciones extrañas, como no tener sombra, verse arrebatado de ella sin sentido alguno. En la cárcel en la que se encuentra, se le encomendará la ardua tarea de leer sueños en cráneos de unicornios. Será enviado a la biblioteca del lugar con la tarea de trabajar como "lector de sueños", interpretando las consciencias colectivas de unicornios dorados que habitan en la región.
La estética y forma del libro no defraudan. Murakami alterna capítulos de las dos realidades, con lo que nos obliga a leer siempre "un capítulo más y paro". La trama no decae, te mantiene enganchado de una historia a otra. A mi humilde entender, es una pelea infinita entre consciencia y subconsciente, y la sensación que tuve al acabarla es que era lo más parecido a una escena de David Lynch que había leído nunca. Todo el libro en sí es una dualidad, frío-calor, seco-húmedo, acción-pensamiento, como bien podéis comprobar los oficios de los dos protagonistas son sin ir más lejos Calculador-Lector de sueños, más antagónicos imposible.
Las dos líneas argumentales finalmente confluyen, no podía ser de otra manera, pero eso es algo que el propio lector deberá descubrir adentrándose en su lectura. El disfrute de la misma tiene mucho que ver con lo que nos dejemos "engañar" por el autor. Con Murakami más vale dejar a un lado los literalismos y jugar a su juego, para poder disfrutar plenamente de lo que nos ofrece. Este libro es como subir a una montaña rusa, si subimos en el ascensor inicial, y en él atravesamos los subterráneos de Tokio de la mano del autor, ya no habrá vuelta atrás. Pero os garantizo que el viaje valdrá la pena.
Entrada publicada originalmente en la web amiga: el Buscalibros
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