martes, 3 de febrero de 2015

El día de los Trífidos, de John Wyndham

El día de los trífidos es una magistral novela post-apocalíptica del año 1951, escrita por el británico John Wyndham. Escrita en plena guerra fría, encontramos varios matices que nos lo demuestran, como el miedo a la aparición de amenazas biológicas. La historia comienza con su protagonista (Bill Masen) despertando en una cama de hospital por un accidente acontecido con un trífido, un híbrido animal-planta que como su nombre indica se sostiene sobre tres raíces.



Bill trabaja como biólogo en una planta depuradora de aceite de trífido, valiosísimo a nivel industrial por su bajo coste de producción y su alto rendimiento. Un compañero de trabajo de Masen le hará meditar sobre la peligrosidad de la especie (se intuye que engendrada por una mano humana) que no sólo se mueve balanceándose sobre sus tres raíces, poseen un aguijón capaz de matar a un ser humano, y para colmo parecen tener una conciencia colectiva, siendo su única debilidad su ceguera. Un desafortunado accidente aeronáutico propagará sus semillas por diversos países.

Cuando Bill despierta y por fin se atreve a quitarse unas vendas que le cubren la cabeza, puesto que nadie parece acudir en su ayuda, cae en la cuenta de la gravedad del asunto. Su doctor se ha quedado ciego, así como gran parte de la ciudad de Londres. El motivo parece ser una lluvia de estrellas que ciega a la población y de la que él se libra por sus vendajes.




A partir de aquí la historia se basa en las relaciones humanas en tiempos de debilidad, el instinto de supervivencia, y toca todos los palos posibles que los diferentes habitantes (y supervivientes) acatan para reestablecer el orden en las calles de Londres; religión, valores morales, feudalismo, dictadura, etc.

Mientras tanto, los trífidos escapan de las granjas y ven en esta ceguera colectiva su gran oportunidad de dominar el mundo, acabando con la vida a su paso.

Quizá me hubiera pasado por alto incluir esta reseña, pero comencé a leer este libro un miércoles 8 de mayo, exactamente el mismo día de la semana y número en el que Bill Masen despierta en ese hospital, y dada la casualidad me animé a leerlo y compartirlo con todos vosotros. La novela es terriblemente buena, si bien se echa de menos el asunto de los trífidos a mitad de la novela. No obstante resulta angustiante tanto el tema de la ceguera como el sobrepasamiento de los límites morales. No demasiado extensa, es una novela altamente recomendable para los amantes del género (me consta que no sus versiones en forma de miniserie y película sobre las que no puedo opinar).

Historia imperdible de ambición sin límites e insolidaridad, amén de crear un temor terrible en la manipulación genética. Ya no miraréis con los mismos ojos esos geranios que tenéis en vuestro balcón, yo aviso.

Entrada publicada originalmente en la web amiga: el Buscalibros

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